En alguna ocasión, en este mismo podcast, expliqué que siempre fui un estudiante mediocre. A pesar de que no hay nada en el mundo que me estimule más que aprender cosas nuevas, nunca me sentí verdaderamente motivado en un sistema educativo que entendía la escolarización como la uniformización académica de sus estudiantes. El éxito se encontraba en lo normativo. Esta frustración, afortunadamente, acabó con el nacimiento de Runroom, que supuso para mí un campo verde infinito de exploración y aprendizaje. Pero a veces me pregunto, ¿hubiese podido ser igual de feliz en otro contexto? ¿Puedo hacer algo para que este contexto haga feliz a otras personas que están más allá de lo normativo?
Ingrid Astiz, speaker, autora del libro "El poder creativo", porteña de nacimiento, desarrolladora de software desde los diez años, profesora, formadora en comunicación no violenta o consultora en contextos de agilidad e innovación, me ayudó hace poco a comprender que existe una realidad neurodiversa, ávida de poder desarrollar con plenitud su creatividad, su capacidad de innovación y su búsqueda de la prosperidad.
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R067 - Neurodivergencia, con Ingrid Astiz
¿Qué es la neurodivergencia?
Es un término que creó una socióloga australiana en el '98 para activar un movimiento social que entienda las neurodivergencias de una manera más amplia. Pensar que lo normal es el cerebro típico y que si te salís de lo normal o del promedio de la mayoría es atípico o patológico. Una concepción de decir todos los cerebros son bienvenidos, más amplia, más inclusiva y no polar, no polarizada. Desde esa mirada que ella empezó por su hija, que fue diagnosticada con Asperger y vio rasgos de ella también en sí misma y de su madre, dijo ¿cómo construyo o fomento que la sociedad no estigmatice? Y la amplió a otras divergencias, a toda variación psicológica que haya sido estigmatizada. Es un movimiento social y también lo incluyó como una categoría dentro de interseccionalidad. La idea es que en diversidad tenemos distintos factores que van combinándose en distintas situaciones y momentos, que puede ser que esté siendo una mujer con un diagnóstico o con un desafío y que no está siendo observado porque es mujer y hay un sesgo de género. Entonces, se combinan factores que puede hacer una situación más desafiante o más difícil.
Contemplar todas las diversidades en conjunto y sumar esta categoría cuando se analiza y se hace un mapeo de diversidades.
La gestión de la diversidad es más amplia, entonces pueden ser también creencias religiosas, pensamiento político, situación socioeconómica, divergencias de nuestro cuerpo y, no sé, alguna dificultad de movilidad, de visión, auditiva. Son muchísimas las diversidades. Entonces, muchas veces está pensar la diversidad con perspectiva de género y está ese enfoque y esa entrada, pero es un prisma lleno de facetas y de combinaciones distintas.
¿De dónde viene tu interés por este tema?
Había escuchado la palabra neurodiversidad y estaba en Berlín y había un meetup que decía: personas neurodiversas hablando con personas neurodiversas. Fui y me explotó el cerebro. Al principio yo estuve acompañando a personas que tenían TDA, que ya me habían contado lo que tenían y yo no me había sentido identificada con estas personas, simplemente ellos me contaban y veíamos como una estrategia para sobrellevarlo y organizarse mejor.
Lo bueno es que ellos se conocían a sí mismos y tenían ese diagnóstico y saber qué cosas les funcionaba y qué no y explorar. Pero cuando cambiamos a la pandemia al formato online, claro, había cosas que su metodología no estaba adaptada a lo online y nadie la tenía adaptada. Entonces acompañarlos fue muy interesante. acompañé dos personas y me contaron que muchas personas tuvieron problemas con la pandemia porque también les pasó eso, que tenían su neurodivergencia conocida o controlada o gestionada en cierto contexto y que fue muy agotador para algunas personas. Y entonces, primero empecé como hablando de otros y cuando empecé a acordarme, había un montón de neurodivergencias que yo las fui compensando. Por ejemplo, soy totalmente despistada, pero me anoto todo. Entonces hay gente que trabaja conmigo y no se da cuenta de que soy tan despistada, pero porque lo tengo compensado, mascarado en el trabajo.
Hice un test online, uno puede identificarse con cosas que no es también, siempre hay un riesgo. Pero empecé a leer, a investigar, a pensar en mi familia, en pensar en personas que conocía y a tener como más distinciones. Entonces, algo tan simple como despistado, bueno, es muy fácil darse cuenta, pero otros de cómo funcionan cerebros de formas distintas. Así que fue por ese interés y después veo que cuando lo comparto aparecen las neurodivergencias de los demás, se empiezan a brotar y a multiplicarse, ya sea de sí mismo, la persona que me escucha y me cuenta algo o me dicen del hijo, del hermano, de otra persona. Todos tienen alguien que en algo es un funcionamiento distinto. Entonces, eso de poder hablarlo, de no verlo como algo malo, a esconder o a compensar o a disimular, sino que es una característica distinta y darle visibilidad.
Y además que en el equipo es mucho más fácil cuando encuentras la compensación de que otra persona te ayude.
El estigma de la diversidad
De la sensación de que es algo más común de lo que parece y no lo parece porque todo el mundo se esfuerza por ocultarlo, de alguna manera.
Sí, venimos de una sociedad que lo estigmatizaba, lo escondía. Pero ahora en los colegios hay más recursos y hay más personas que observan esto. Empieza a haber más chicos que lo diagnostican, entonces, los padres se empiezan a hacer la pregunta ¿y qué pasa conmigo? Y ahí descubren también, se hace más visible. En mujeres muchas veces quedó como más invisibilizado porque es distinto cómo se expresa. Y eso, ahora se está queriendo expandir, esa percepción y ese acompañamiento, porque en sí mismo no es nada malo. Lo malo es cuando no lo sabes y no tienes los apoyos necesarios para gestionarlo.
A veces es útil hacer un test para que te saque las dudas. No porque tengas un síntoma o un signo, significa que tengas el diagnóstico que tiene esa otra persona. Es mejor ir a un profesional especializado que te lo pueda decir. Si alguien está angustiado o desconcertado, con algunas sensaciones que no está sabiendo gestionar, me parece que está bueno ir a uno de estos centros de neuropsicología y hablar con un profesional, contarle, y el primer encuentro es para evaluar si hay rasgos o no de neurodivergencia y si se justifica hacer todos los test.
Muchas personas descubrimos la neurodiversidad o la comunicación no violenta en el contexto de la agilidad.
Yo estaba acompañando como Agile coach en una empresa y empezó la pandemia y empezaron a pasarnos un montón de cosas que yo no tenía la información para gestionarlas. El mapeo de la diversidad, para mí la gestión de la diversidad es como una precondición de la agilidad o la comunicación no violenta con una precondición. Si no estamos gestionando que haya paridad y que las dos partes o todas las partes que están involucradas, por ejemplo, una retro, estén en una posición de poder expresar sus puntos de vista, la retro no sirve. Entonces, nada de la agilidad sirve si no estamos haciendo ese trabajo previo. Muchas veces cosas que no funcionan con las técnicas de la agilidad, tenemos que escarbar un poco más y ver qué hay antes, qué trabajo previo hay que hacer para que en la retro todas las partes puedan expresarse y llegar a un acuerdo, por ejemplo.
También somos curiosos, también eso creo que afecta bastante. Y bueno, entonces nos vamos compartiendo entusiasmo cuando descubrimos algo y lo traemos.
Con la comunicación no violenta también me pasó. La conocí en 2006 y yo me sumé a la comunidad ágil en 2009. Entonces, la llevé pensando que me iban a tratar de hereje, de que me había ido de tema. Y cuando la llevé en Argentina y yo pensé que me van a decir: off the topic. Y no, enseguida, una curiosidad total, una apertura, unas ganas de ver de qué se trataba, cómo se podía complementar. Eso de ponerlo en práctica y desarrollarlo en conjunto en comunidad para mí es súper valioso. Es más un intercambio y pensamientos que están en continuo movimiento y experimentos que vamos haciendo de qué nos funciona, qué no nos funciona.
Interseccionalidad y privilegios
Es muy difícil ser consciente de los privilegios. A veces somos conscientes cuando los perdemos.
Hablabas de la interseccionalidad como esa relación entre distintas diversidades, la diversidad de género, de estrato económico, diversidad de raza, diversidad de religión, un montón de diversidades. Un mismo problema, un mismo desafío, puede ser encarado y percibido desde la intersección de varias de estas diversidades. Y eso me lleva a hablar de privilegio. ¿Cuál ha sido tu relación con los privilegios?
Alguna conciencia tenía, por suerte, por mis padres, que de alguna manera, por ejemplo, ellos eligieron un colegio excelente para mi hermano y para mí y tenían esa opción y era maravilloso, pero también había actividades que íbamos al barrio con chicos que vivían en villas, en barrios carenciados. Entonces eso de tener mucha visibilidad social y mucha interacción social con todos los grupos sociales. Entonces ahí era evidente el privilegio de tener un techo, de tener un espacio, de tener comida todos los días. No sé, había muchas cosas que vivimos de forma consciente desde chicos, pero había muchos que yo los tenía inconscientes, que los empecé a ver a hacer conscientes cuando cambié de país, hace seis años. Y fue como un shock. Que había otros privilegios, como el hecho de tener contactos.
Llegué acá y había unas personas que me recibieron superbién y que reconocían como mi trayectoria, pero otras personas no. De alguna manera, yo sentía que tenía que revalidar mi experiencia, que yo tenía una experiencia, pero era otro contexto socioeconómico el de aquí y había algunas cosas que yo las tenía que actualizar y mi perfil tenía que ser interesante en este contexto. Como cuando me di cuenta de eso, yo sentía que no tenía red.
Fue un shock. No somos conscientes de nuestros privilegios. Muchas veces es muy difícil ser consciente de los privilegios. A veces somos conscientes cuando los perdemos.
Y en el tema de la neurodiversidad, cuando ya estaban saliendo y todos estaban como fuera de peligro de alguna manera, ahí me empecé a aflojar yo y me di cuenta de que estaba totalmente agotada. No me había dado cuenta de la compensación que yo estaba haciendo y que mi metodología de trabajo online no era tan apta. También en la neurodiversidad y a veces tenemos privilegios y desafíos y no somos conscientes de que los tenemos.
Tu educación ha sido también privilegiada en ese sentido.
Privilegiada para mi cerebro. Porque yo les critiqué mucho. De hecho, fui a hablar y a regalar el libro de Comunicaciones No Violenta a mi colegio, porque vi mucha gente sufriendo mucho en el colegio. Y muchos que de alguna manera los terminaban expulsando o los dejaban fuera del sistema. Pero cuando empecé a ver mi neurodivergencia dije: "qué suerte que tuve que fui a ese colegio". Por ejemplo, a mí no me gusta memorizar. Si yo hubiese ido a un colegio que era por memoria, hubiese sido un desastre. Yo creo que lo hubiese abandonado. Cada sistema puede ser una bendición para una persona y una pesadilla para otra. Entonces, en mi cerebro fue un buen sistema.
Individuos y sus interacciones
Me viene a la mente todo el rato el principio del Agile manifesto: individuos y sus interacciones. No podemos hacer nada de lo que hacemos sin tener una buena base relacional entre las personas.
Sí, cuando leí la ley de Conway dije ¡esto! Yo era desarrolladora de software y entonces en un momento era solo la lógica y la tecnología y cualquier interacción humana me parecía pérdida de tiempo. Estaba más enfocada a los procesos. Pero después empecé a meditar y a hacer terapia, a escuchar un poco más a la gente y empecé a ver esa analogía de que cuando dos gerentes no se hablaban y se peleaban, diseñar un proceso era tremendamente difícil y no se sostenía y no tenía buena calidad esa interacción entre esos dos departamentos. Yo estaba en la gerencia de sistemas y nosotros siempre teníamos mucho presupuesto para proyectos de software y no había presupuesto para cuestiones humanas. En ese momento no se veía y yo tampoco lo sabía explicar, y la agilidad vino a demostrarte eso con números y a hacer eso. Ahora no lo dudan de que se justifica y que eso se espeja en el desarrollo, en los procesos, en los resultados, en montones de impacto, pero al principio costaba.
En la industria de tecnología, para mí la neurodiversidad tiene un porcentaje alto. No tenemos métricas porque como no está diagnosticada la mayoría de las personas, no lo sabemos, pero mi sospecha es que es muy alta. Y también para traer talento y que se integren en los equipos y poder lograr acuerdos y trabajar y fluir bien en estas empresas, porque hay todo un desafío de entendernos en nuestra complejidad.
Neurodivergencia en el mundo laboral
¿Qué consecuencias tiene en el mundo laboral?
La autoestima como persona y la autoestima intelectual. Entonces, si estuviste en un sistema que no era apto para tu cerebro y de alguna manera ese sistema te ponía como poco inteligente, tu autoestima intelectual quizás está destruida y quizás era un tipo de inteligencia que no estaba bien gestionada, no estaba bien comprendida; no era que faltaba inteligencia, no fue desplegada. Esa falta de autoestima es un punto.
Y lo otro de no poder desplegar los talentos. Porque si estás en un colegio que tu neurodiversidad encaja, tus talentos pueden brillar y en otro no.
Claro, no creo que deba haber un solo sistema educativo. Personas que fluyen más en un sistema y no en otro, y para mí, es mejor que sean distintas, porque fomentar el sentido crítico, por ejemplo, hay algunas personas que les encanta, les viene genial y puede tener una carrera que tengan que ver con un sentido crítico. Pero si todos tenemos eso, es insoportable. Y lo digo porque yo soy insoportable a veces. Tengo un sentido crítico que he aprendido con la comunicación no violenta a matizar y empatizar y no sacarlo en todo contexto, pero puede ser muy molesto. No queremos que todo mundo tenga exacerbado el sentido crítico y mejor que tengan distintas habilidades y distintas competencias. El tema sería que haya opciones.
Y dentro de las empresas, ¿qué podemos hacer para mejorarlo?
Para mí, hablar del tema. Hay temas que no hablamos y simplemente con hablarlos un poco ya se empieza a aflojar. Y normalizar y no buscar el diagnóstico. Y ni siquiera si una persona viene y nos dice que tiene un diagnóstico de un centro de autismo, las neurodivergencias en cada ser humano se expresan de formas totalmente distintas. Entonces, puede ser que conozcamos tres autistas y aparece un cuarto y no tiene nada que ver con los tres anteriores. No asumamos que ya sabemos de autismo o ya sabemos de esta condición. Prestar más atención y hacer preguntas. Y qué está bien para cada persona. Y también el ejercicio de autoconocimiento, porque cuando nos conocemos más a nosotros mismos, hacemos más fácil a los demás de poder explicar un poco un poco más qué estrategias funcionan y qué no, y encontrar cosas, soluciones juntos.
Lenguaje inclusivo
¿Qué debemos tener en cuenta en nuestro lenguaje?
Cuando escribo sí puedo hablar como todas las personas, uso del lenguaje inclusivo indirecto, que sería todas las personas en cambio de decir hombres y mujeres, porque además excluye a otros géneros y géneros fluidos, por ejemplo. Entonces, uso indirecto al escribir y cuando tengo tiempo de reescribir y revisar el texto. Pero hablando yo me lo había propuesto en un momento, pero en mi cerebro es un esfuerzo enorme, inmenso y me agota. El foco es también una posición política, cuando uno usa el lenguaje inclusivo, por ejemplo, para manifestar algo que en cierto contexto puede ser la prioridad y pones esa expresión como prioridad pero puede ser en otro momento que no. Y también respetarnos de que cada uno puede estar más cómodo. A veces no registramos el esfuerzo que implica para otra persona. Y a igual a mí también me costó empatizar e entender que estas mujeres que no se sienten identificadas y otros géneros en el masculino, yo me siento identificada en el masculino y a mí usar el masculino me resulta super natural. Otras personas se sienten excluidas con esa palabra. Entonces, contemplar y empatizar con esas personas y tomarlas en consideración, me encantaría poder hacerlo en cuando hablo, pero me cuesta demasiado. Lo hago al escribir.
Cambiar este tipo de cosas entiendo que es difícil y entiendo que puede suponer un reto y un esfuerzo para algunas personas. Yo hablo de no querer hacerlo.
A mí me da mucha pena, en realidad, porque se están perdiendo un montón de diversidades y de conversaciones, quizás, y generando grietas. Pero también pueden generar grietas del otro lado, enfadándose y diciendo "porque hablás así, no te escucho". Me da tristeza no enfado. No me dan ganas de acercarme a conocer y escuchar. Hay muchas personas en esto de los privilegios que fueron educadas y criadas para +50 ya estar disfrutando de todos esos privilegios. Y la sociedad cambió, y el mapa de los privilegios cambió y esas personas no son percibidas como esperaban ser percibidas a esta edad.
Entonces, en general, muchas se quedan fuera del mercado laboral directamente. O hay ciertas posiciones que no entienden por qué su estilo de liderazgo, que fue súper exitoso y que son quizás directivos en una empresa, hay gente que no los compra para nada y no entienden qué es lo que está pasando. Hay gente que los critica y ni se enteran. Me da más pena que otra cosa.
Un mensaje interesante que escucho y que me llevo es abandonarte a tus privilegios te puede llevar a un camino de pérdida total de todos tus privilegios.
Claro, yo los tenía y no me daba cuenta que había cosas que a mí me resultaban muy fáciles porque los tenía y al otro que no los tenía, le resultaban imposibles. Entonces hay un punto que es de mucha crueldad y estás ejerciendo una crueldad que no registrás, y hasta inclusive querés motivar al otro y decirle, pero podés, si yo puedo, tú puedes. No, el otro no puede porque no está teniendo tus privilegios o tu punto de partida. Es triste también estar en el lugar donde no estás viendo tu privilegio. Y te perdés mucho, estás en una burbuja, de alguna manera, o una visión muy sesgada.
¿Qué recomendarías a alguien que esté viendo esta entrevista y se sienta muy identificada con las cosas que estás diciendo?
- Comunicación no violenta. Es un modelo de comunicación que sirve para todo tipo de persona, muy plástico, muy flexible, porque no es normativo, no te dice diagnosticar a nadie, simplemente es cómo abrir la percepción y cómo comunicarse en formas que sean más habilitadoras. Y también cómo conocernos más a nosotros mismos. Entonces, ese es un buen modelo al que se puede volver, que se puede fortalecer.
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Si tiene curiosidad sobre neurodivergencia, hay muchísimas cuentas, en Instagram o contenido online, que filtras por neurodiversity o distintos nombres, y escuchar a personas que dicen cosas para prestar atención y uno puede decir, "sí me pasa esto o, no sabía que a algún ser humano esto le podía pasar".
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Y si de alguna manera empiezan con los tests online y se angustian porque les empieza la duda, ir con un profesional a hablarlo.
Has hecho un trabajo de tomar conciencia de la diversidad y que tener mapeada la diversidad te puede ayudar a entender y a abstraerte del juicio de solo una pequeña parte de esa diversidad.
Además toda persona tiene algún dolor y algún desafío. Por más que sea que esté proyectando una imagen desde los privilegios y que tiene todo resuelto y que mira todos por debajo, seguro que algo es difícil en su interior. Muchas veces no lo sabemos y a veces es una máscara, un caparazón para compensar algún dolor o alguna una falencia anterior o una batalla. Nunca sabemos las batallas que están teniendo las otras personas y quedarnos solo con ese discurso, esa fachada, no puedes avanzar. Siempre va a haber algo que sucede más allá de lo que podemos ver.
Un poco la semilla de la comunicación no violenta en sí mismo. Esa mirada libre de juicio y tratando de entender en lugar de poner un juicio.
Ahimsa es la no violencia en la tradición de los ayurvedas de la antigua India. Y para mí esa como filosofía es esto de buscar. Para mí es tremendamente profundo porque es simple el modelo de leer el libro de Marshall Rosenberg, de explicar las cosas de una forma muy sencilla, pero al mismo tiempo es tan profunda la himsa como filosofía de vida, y eso de identificar cuando hay una violencia, cuando hay una tensión, cuando hay una separación, cuando hay una división, donde hay algo que se está por romper o está demasiado tenso, ahí, poner amor, poner compasión, poner comprensión, lo que se pueda. No siempre se puede comprender, pero tener una mirada compasiva sí se puede.