Vivimos en un mundo donde los grandes retos sociales y medioambientales nos interpelan más que nunca. La desigualdad, el cambio climático o las crisis migratorias nos recuerdan que necesitamos nuevas soluciones para construir un futuro más justo y sostenible. Y aunque a menudo ponemos el foco en gobiernos o grandes empresas, hay personas que desde el activismo y la innovación social están marcando una diferencia real. ¿Cómo se impulsa el cambio desde lo local hasta lo global? ¿Qué rol juega el activismo digital en un mundo cada vez más conectado?
Y sobre todo, ¿qué podemos aprender de quienes lideran estas transformaciones para ser agentes de cambio en nuestra propia realidad?
Conversamos con Irene Milleiro, directora ejecutiva de Ashoka España, para entender mejor cómo se impulsa el cambio.
R078 - Innovación social, con Irene Milleiro
¿Qué es para ti el mundo real?
Para mí, el mundo real es el mundo que podemos imaginar, porque todo lo que existe fue antes una idea en la mente de alguien. El mundo real es lo que podemos construir juntos a partir de nuestra imaginación y acción.
¿Qué es Ashoka y cuál es su misión?
Ashoka es una organización global que nació en los años 80 con la idea de identificar y apoyar a personas que estaban cambiando problemas sociales de formas innovadoras. No eran ni empresas tradicionales ni ONGs, sino emprendedores sociales que buscaban transformar realidades con soluciones disruptivas, como los microcréditos en su momento.
A lo largo del tiempo, Ashoka ha evolucionado para que ese espíritu innovador se contagie a otros sectores: empresas, universidades y gobiernos. Creemos que los cambios sociales más profundos ocurren cuando distintos actores se sientan juntos a pensar y actuar con empatía y creatividad.
El cambio social ocurre cuando actores distintos se sientan juntos a pensar y actuar con empatía y creatividad
Ashoka selecciona a personas con un perfil muy específico. ¿Cuáles son las características de un emprendedor social en vuestra red?
Son personas obsesionadas con resolver un problema social. Tienen una visión profunda no solo del problema en sí, sino de sus causas raíz y sus consecuencias. Su enfoque es sistémico: buscan soluciones que cambien las reglas del juego para evitar que el problema se siga reproduciendo.
Suelen ser personas creativas, porque tienen que encontrar soluciones innovadoras con muy pocos recursos. Y sobre todo, tienen un impacto demostrado. En Ashoka seleccionamos a emprendedores con un recorrido probado, porque queremos que su ejemplo inspire y contagie a otros.
Changemakers
¿Las personas agentes de cambio nacen o se hacen?
Ambas cosas. Hay quienes nacen con una sensibilidad especial hacia la justicia social, y hay quienes se convierten en agentes de cambio por una experiencia que los marca. Lo importante es que todas las personas tienen algo que les toca el corazón: los animales, el medio ambiente, la infancia, las personas mayores... Desde ese lugar de empatía e indignación surge el cambio.
Se puede aprender a ser un changemaker, se puede entrenar la empatía y se puede desarrollar la capacidad de generar impacto.
El activismo no es solo protesta; es estrategia, creatividad y trabajo en equipo.
¿Cuál es el mayor reto para escalar la innovación social?
Primero, rodearse de un equipo. El cambio no lo hace una sola persona, sino una comunidad comprometida. En Change.org, por ejemplo, una petición iniciada por una persona solo tenía impacto si muchas más la apoyaban.
Segundo, la financiación. A veces me pregunto por qué es tan difícil conseguir recursos para iniciativas que benefician a miles o millones de personas, mientras que otras industrias reciben inversión con facilidad. También hay fondos de inversión de impacto, pero suelen exigir muchas certezas y seguridad, algo que en la innovación social no siempre es posible.
IA e impacto social
Hablando de tecnología, ¿qué oportunidades y riesgos ves en la inteligencia artificial aplicada al impacto social?
Los riesgos son claros: sesgos en los datos, exclusión digital, y la posibilidad de que solo unos pocos tengan acceso a estas herramientas. Pero las oportunidades son enormes. La IA puede ayudar a escalar soluciones sociales y a encontrar patrones en problemas complejos.
Por ejemplo, tenemos un emprendedor social que trabaja en la España rural. Su labor consistía en identificar parcelas abandonadas revisando manualmente registros. Con IA, puede automatizar este proceso y escalar su impacto a niveles que antes eran impensables.
La clave del cambio es no sentirse solo. Encuentra aliados y construye comunidad.
Ciberactivismo
Las redes sociales han jugado un rol clave en el activismo. Ahora que Twitter (o X) ha cambiado, ¿hacia dónde crees que va el activismo digital?
Las redes sociales han reducido las barreras para participar en el activismo. Antes, si querías cambiar algo, tenías que unirte a una organización y esperar a ser escuchado. Ahora, cualquier persona puede iniciar una campaña desde su móvil y conectar con miles de personas.
Si bien Twitter ha cambiado, lo importante es entender cómo usar las herramientas disponibles. La clave del activismo digital es combinar lo online con lo offline, encontrar nuevas formas de hackear el sistema para generar impacto.
El activismo no es solo protesta; es estrategia, creatividad y trabajo en equipo
¿Qué consejo darías a alguien que quiere generar un cambio pero no sabe por dónde empezar?
No intentes cambiar el mundo de golpe. Encuentra una causa que te mueva, algo cercano, algo concreto. Háblalo con otras personas, busca aliados. Y sobre todo, conéctate con quienes ya están trabajando en ello. La clave del cambio es no sentirse solo. La energía se multiplica cuando te rodeas de una comunidad con la misma pasión.
Vivimos en un momento crucial en el que los grandes retos globales como el cambio climático, la desigualdad o la exclusión social, nos invitan a repensar nuestras estructuras, nuestras prioridades y nuestro rol como parte de la sociedad. La innovación social no es solo una herramienta, es una nueva manera de mirar el mundo.
No se trata de buscar soluciones temporales, sino de transformar sistemas y construir iniciativas que generen impacto duradero. Y lo más importante, nos recuerda que el cambio no empieza únicamente en grandes organizaciones, sino en personas como tú y como yo que decidimos actuar.